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"La vida es sueño": monólogo de Segismundo

Esos oscuros presagios “obligan” al rey Basilio a encerrar a su hijo en una cueva desde que es un bebé. Allí crece con la única compañía de un criado, que cuida de él. Cuando ya es un joven, el rey Basilio decide hacer una prueba para comprobar si el vaticinio tenía razón. Narcotizado, es trasladado al palacio, donde, efectivamente, Segismundo tiene un arranque de ira y crueldad… Así que, a la mañana siguiente, vuelve a despertarse en la cueva… sin saber si lo que ha vivido es real o fue un sueño… En esta puesta en escena de La vida es sueño, al príncipe Segismundo lo interpreta maravillosamente una actriz: Blanca Portillo. Escuchad con atención estos fantásticos versos:



Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Pedro Calderón de la Barca: La vida es sueño (1635)

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